La posición en la que duermes también puede influir sobre tu producción de ruidos.
Si duermes boca arriba es más fácil que tu lengua, barbilla y grasa y piel circundantes se relajen y obstruyan las vías respiratorias. Así que lo mejor es tratar de dormir de costado.
Y, en algunos casos, una solución a largo plazo es perder peso, pues el exceso de tejido graso cerca del cuello puede terminar apretando las vías respiratorias y dificultando la circulación del aire.
Por último, en algunos casos el problema es que las vías respiratorias están bloqueadas por mocos, especialmente si uno tiene gripe o está resfriado.
Si tus ronquidos son cosa seria, es mejor que vayas al médico.
Eso también estrecha las vías y aumenta las posibilidades de roncar.
Lo que significa que una buena sacudida antes de ir a la cama puede ser un buen remedio.