Le llamaban la (La Bebesita del Cr1men)

Wanda del Valle Bermúdez Viera, una mujer de 26 años conocida con el alias de la Bebecita del Crimen, fue detenida en el sur de Bogotá mientras se encontraba en una residencia en el área de Usme, la cual había alquilado. Esta detención se llevó a cabo gracias a un operativo conjunto en el que participó el FBI, dado que la acusada se presume que tenía vínculos con el Tren de Aragua, una organización criminal de alto perfil.

La detenida, apodada alias Satanás, enfrenta cargos relacionados con al menos seis homicidios. El general Luis Flórez, quien lidera la DIRINCRI (Dirección de Investigación Criminal) de la Policía de Perú, reveló que la Bebecita del Crimen había modificado significativamente su apariencia con cirugías plásticas, cambio de color de cabello y otros procedimientos para evadir la acción de la justicia.

Flórez destacó que la identificación positiva de la acusada fue posible gracias a la coordinación y las huellas dactilares obtenidas durante una intervención previa en la discoteca La Cabañita. Además, señaló que la Bebecita del Crimen intentó sobornar a un oficial de la Policía Nacional del Perú con una oferta de 40 mil dólares para que un miembro de su organización criminal asesinara a un oficial de la Policía Nacional de Perú. El objetivo de esta amenaza era el coronel Víctor Revoredo, quien dirigía el departamento de homicidios del Centro Arriola de la Policía de Perú y supervisó el operativo en el que murió alias Maldito Cris, el compañero sentimental de la detenida y uno de los sicarios del Tren de Aragua.

Revoredo fue quien informó sobre la captura de la Bebecita del Crimen. La detención se logró a través de un minucioso rastreo de documentos, transferencias de dinero y una cooperación efectiva con las autoridades colombianas y el FBI para infiltrarse en el mundo clandestino en el que operaba la fugitiva con el respaldo del Tren de Aragua.

Según las autoridades, Wanda y su pareja dirigían una banda delictiva conocida como Los Llaneros de Sangre Fría, que colaboraba con el Tren de Aragua y manejaba un flujo mensual de alrededor de 24 mil dólares, equivalente a cerca de 100 millones de pesos colombianos.

Después de la muerte de Maldito Cris, la Bebecita del Crimen permaneció oculta hasta que finalmente se refugió en Colombia. La Policía peruana ofrecía una recompensa de 150 mil soles (aproximadamente 160 millones de pesos colombianos) por su captura, y esta recompensa fue fundamental para descubrir su paradero en Bogotá, gracias a la colaboración de uno de los miembros de su banda. La Policía peruana aguarda su expulsión de Colombia para que responda ante la justicia por los delitos de conspiración y ofrecimiento de servicios de sicariato.

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